Yaquelín, la única egresada de una telesecundaria en Tixtla que venció al olvido

Yaquelín, la única egresada de una telesecundaria en Tixtla que venció al olvido

Plan de Guerrero, Tixtla, Gro.- En una modesta escuela rural donde apenas suman 13 alumnos, una sola joven fue suficiente para llenar el patio de esperanza. Yaquelín Simón Arrabales se graduó como la única alumna del tercer grado de la Telesecundaria “Mi patria es primero”, en una ceremonia que, lejos de parecer solitaria, se convirtió en un homenaje a la resistencia educativa.

En la comunidad de Plan de Guerrero, al margen de la carretera Tixtla-Chilapa y a solo 10 minutos de la cabecera municipal, la telesecundaria organizó un acto completo: hubo poesía, vals y entrega de certificado. Todo por ella, quien cursó los tres años sola en el aula.

La joven eligió como nombre de generación a su tía fallecida, “Profra. Isidra Simón Pascual”, víctima del covid-19 en 2021. Y como padrino, a su tío político, el profesor normalista de Ayotzinapa, Ismael Abraján de la Cruz.

“Es una alumna muy inteligente. Tengo la certeza de que va a terminar una carrera. Esto es lo que cambia una escuela: una vida”, dijo durante el acto el director del plantel, Metodio Comonfort Ventura, quien encabezó la ceremonia a pesar de la matrícula reducida.

A lo largo de su discurso, el padrino de generación recordó el esfuerzo de su sobrina: “Ella representa la resistencia, la valentía. En algún momento pensó en rendirse, pero eligió fortalecerse. La vida se trata de eso”.

Aunque fue la única egresada, Yaquelín nunca estuvo sola. Su gratitud la expresó con voz firme frente a su familia, sus docentes y sus compañeros de grados menores: “Hoy hablo desde el corazón. Gracias por creer en mí. Este logro también es suyo”.

Además de destacar por su rendimiento, fue abanderada de la escolta escolar. Ese mismo día, entregó el lábaro patrio a quienes continuarán el camino que ella abrió sola entre pupitres vacíos.

La historia de Yaquelín es reflejo de los contrastes del país: mientras en las ciudades hay generación tras generación, en comunidades como la suya una sola alumna simboliza toda la lucha por aprender, por resistir al olvido institucional, al rezago educativo y a la deserción que golpea con fuerza en las zonas rurales.

Su caso no es una estadística más. Es una historia viva que grita que la educación todavía puede cambiar el destino, aunque sea de una sola persona.